Marie Fredriksson explica sobre la lucha por sobrevivir.
«Marie! Marie!». Así gritaban cientos de personas entre canción y canción. Gritaban el nombre con diferentes entonaciones, dependiendo de donde venían. Había fans de Halland, Holanda, Argentina y todos los países imaginables que habían peregrinado al Marknadsplatsen de Halmstad el 14 de de agosto de 2010, para ver a Roxette.
La banda hizo una gira de regreso después de la dura enfermedad de Marie Fredriksson y la atmósfera fue mágica, casi religiosa. El amor por la delgada cantante flotaba hacia el escenario.
Yo estuve allí para hacer la reseña del concierto, y los gritos de los fans suenan como una banda sonora en el cerebro cuando cinco años más tarde leo «Kärleken till livet», la autobiografía de Marie Fredriksson que ella ha escrito junto con la escritora Helena von Zweigbergk.
Se han escrito muchos titulares y artículos a lo largo de los años en que otros han intentado – más o menos honestamente – describir la vida de Marie Fredriksson. Ahora explica ella misma sobre la lucha contra el tumor cerebral, pero incluso sobre su vida y su carrera artística.
Los capítulos tratan sobre la enfermedad que la golpeó como una bomba, el 11 de septiembre de 2002. Marie empezó a encontrarse mal, cayó en el baño de casa y se enteró que tenía un tumor cerebral.
La noticia sumió a la familia en un estado de emergencia, donde todo se derrumbó al extremo. Marie ya no podía realizar las simples tareas de la cocina y se hichó «hasta lo irreconocible» después de haber tomado cortisona. La cantante, que siempre ha sido cuidadosa con su imagen, no quería aparecer y en lugar de una foto en la portada de su disco en solitario «The Change» (2004), dibujó un autorretrato. Y sólo fueron algunas consecuencias del tumor cerebral.
Fueron muchos años de duras batallas en que de vez en cuando ella fue objeto de terror por parte de los medios de comunicación. Expressen escribió en 2003 que tenía cáncer de mama y metástasis por todo el cuerpo, lo cual era totalmente mentira, y el jefe de redacción se refirió más tarde a «fuentes fidedignas del hospital Karolinska».
Cuando se trata de una celebridad, no hay promesas de silencio. O exigencias de la verdad.
Esto se demuestra con brutal claridad en «Kärleken till livet», donde Helena von Zweigbergk escribe ciertos capítulos como una observadora externa, mientras que Marie explica otros capítulos en primera persona.
Esto último da una sensación de presencia pero al mismo tiempo se convierte en lengua hablada, que funciona menos como texto impreso. Si tienes acceso a una escritora experta como Helena von Zweigbergk (que ha escrito, entre otros, «De la boca del volcán), la dejarías elaborar el texto aún más.
Pero esto es una parte de la historia que es tan conmovedora, que duele leerlo.
La parte que habla sobre la infancia y la carrera musical de Marie es más conocido, pero incluso aquí hay noticias. Yo no sabía mucho sobre la pobreza de la familia, el alcoholismo de su padre o como ella, periódicamente, se había sentido atropellada por los hombres en las grabaciones de los discos de Roxette.
Hay mucha miseria pero «Kärleken till livet» no es ninguna queja, más bien es un homenaje a…si, justamente a la vida. Marie Fredriksson, después de la enfermedad, no puede leer, tiene problemas de memoria y debe estar sentada en el escenario, ya que un pie se le tuerce.
Pero ella sigue allí cantando, y fue este milagro lo que hizo que todos los fans disfrutaran en Halmstad esa noche de 2010.
Se trató tanto de supervivencia como de música pop.
http://hallandsposten.se/nojekultur/recensioner/bokrecensioner/1.4375472-marie-fredriksson-berattar-om-kamp-for-overlevnad