Quedamos para la entrevista en el gran apartamento de Per y su mujer Åsa en Estocolmo. En el piso superior, que tiene la función de “oficina”. Cuando intentas subir en el ascensor, Per debe apretar al 1 desde arriba. Si tú aprietas a la tecla en el ascensor, no ocurre nada.
-Nos vimos obligados a poner una verja en la escalera, ya que fans de Roxette se ponían a dormir en el rellano, dice Per sonriendo.
Per es la amabilidad en persona. Si alguien quiere hacerse un selfie con él o quiere solo expresar admiración hacia su música, Per siempre se para un rato.
En la mesa donde nos ponemos para la entrevista ha puesto café, dulces y una caja de After Eight.
-He pensado que iría de perlas viniendo de visita los de Senioren, ríe Per.
En realidad aún no se ha mudado de Halmstad, donde vive gran parte del año, a Estocolmo.
-No, solo he venido por un par de días, aún no nos hemos mudado del todo.
Halmstad sigue siendo para él la primera vivienda. Allí tienen él y Åsa su casa, en la que hay una colección de coches con una gran cantidad de Ferraris – ahora se encuentra gran parte en el Hotel Tylösand del que Per es propietario mayoritario.
Y en casa de su viejo amigo Mats MP Persson está el estudio donde a veces se juntan Gyllene Tider a tocar. Como para la gira Hux Flux este pasado verano. En realidad salieron ya de gira de despedida en 2019. Pero entonces llegó una pandemia y todo se volvió triste y aburrido, pensó Per en ese momento. Así que se compró una nueva guitarra y creó algunas nuevas canciones.
Es así como suele surgir. Raramente pasa un año o incluso unos meses sin que surja nueva música de Per. Primero fue Gyllene Tider, que tuvieron su gran momento a principios de los 80, después Roxette con Marie Fredriksson de mediados de los 80 hasta el año 2016. Un gran éxito con 75 millones de discos vendidos, giras mundiales y cuatro canciones en el número uno de la lista Billboard de USA – comparando con ABBA que solo tuvieron uno. Y en medio una carrera en solitario. Además ha escrito muchas canciones para otros artistas. Parece que las palabras y las melodías le fluyen.
-A menudo simplemente me vienen. Puede ser una palabra o quizás una melodía que me viene a la cabeza y lo desarrollo. A veces ocurre estando sentado en el sofá con la guitarra. A veces me viene cuando estoy paseando por la calle. Puede pasar en cualquier momento y en cualquier parte.
La creatividad debe vivir su propia vida. Si alguna vez le cuesta desarrollar la idea, tiene trucos como comprar una nueva guitarra o sentarse un rato al piano.
No entra en sus planes dejar de escribir música y dejar de subir a los escenarios. La música es su vida y siempre lo ha sido y cuando hay inspiración se siente increíblemente productivo. Por ejemplo escribió Joyride y Spending my time el mismo día. Joyride empezó con una nota que le dejó su mujer en el piano: “hej, din tok, jag älskar dig”. Así mismo él había leído una entrevista con Paul McCartney en que describía el proceso de escribir canciones con Lennon como un “joyride”. Así que todo junto se convirtió en el estribillo: “hello, you fool, I love you, c’mon join the joyride”.
-funciono bien junto con la gente con la que llevo trabajando desde hace tiempo, como Gyllene Tider. Nos divertimos y somos creativos cuando nos juntamos. Hoy en día es más un “proyecto” ya que no nos dedicamos a ello todo el tiempo. Pero nos conocemos desde que teníamos apenas 20 años y sabemos como piensa cada uno de nosotros. Somos 5 personas totalmente diferentes pero trabajamos bien juntos.
Él dice que desearía que todos los jóvenes experimentaran tocar en una banda. Lo divertido que es, tanto con la música como la unión que se crea.
-Pero creo que nosotros que hemos crecido con la música de los 60 a los 90, hemos tenido una ventana dorada. Hay espacio para hacer música personal. Ahora es todo más parecido. Ocurre lo mismo con los coches, todos se parecen ahora. La música pop refleja su tiempo a un alto nivel. Hoy en día no puedes sacar un St. Pepper y que lo escuche todo el mundo. Hej Jude dura 7 minutos. Ya nadie escucha una canción que dure 7 minutos.
Se ha escrito mucho sobre la enorme carrera musical de Per, tanto en solitario como con Gyllene Tider y Roxette. Pero siempre ha mantenido al margen su vida privada.
-mantengo bastante al margen mi vida privada, es así. No soy el tipo de persona que participa en los realities. Sobretodo porque no me imagino viviendo seis semanas en Gotland con gente que no conozco. No va conmigo. No soy una persona supersocial, si lo comparo con otras personas. Como mi mujer, por ejemplo. Ella siempre habla con todo el mundo yo estoy sentado en un rincón.
Cuando era pequeño era un lobo solitario, “gordo y con gafas feas” como lo describe él mismo. Pronto fue la música lo dominó su existencia. Cada corona que ganaba se lo gastaba en discos. Con 10 años ya tenía unos 100 discos. Escribió su primera canción con 7 años y en la adolescencia ya era muy activo musicalmente hablando. Beatles y Hep Stars eran los grandes favoritos. Su padre Kurt, su maDre Elisabeth y su hermana Gunilla, 14 años mayor que él, no compartían su interés por la música. Pero a su hermano Bengt, 7 años mayor que él, le gustaba escuchar música y tenía muy buenos discos en su habitación. Él fue quien abrió un poco a Per la puerta al mágico mundo de la música.
-A veces, si él quería dinero para tabaco, le compraba algunos discos. Él tenía también una guitarra acústica que no se podía afinar. Pero en 1976 mi madre me compró una guitarra de cuerdas de nylon. Le costó 1800kr, que en ese momento era mucho dinero.
-Me sentaba en mi habitación a practicar y practicar. Aprendía acordes pero no sabía leer notas. Sigo sin saber.
Cuando cumplí 15 años pude escoger entre una moto de segunda mano o un stereo de segunda mano. Una elección fácil para un chico que se pasaba casi todo el tiempo en casa con sus discos y los auriculares, escuchando música y escribiendo listas. Listas de canciones, pero también podían ser sobre deporte. Pero ejemplo, quien marcó un gol en un partido. Pero lo que más me atraía era el mundo del pop.
-En el mundo del pop había todo lo que no existía en el mundo real.
Semanas antes de que Per terminara sus estudios, murió su padre Kurt. Él era el más escéptico de todos en cuanto a la dedicación de Per a la música.
-Irónicamente, mi padre murió el mismo día que Mats Olsson escribió sobre Gyllene Tider en Expressen, el primer artículo sobre nosotros. Mi madre decía que ella no creía que mi padre me hubiese dejado dedicarme a la música a tiempo completo si no hubiese muerto, pero no lo sé. Mi padre era fontanero, mi abuelo también. Ellos venían de un mundo totalmente diferente.
Mi padre no creía que se pudiese vivir de la música. Casi igual de dubitativos estuvieron Per y Åsa en un principio, cuando su hijo Gabriel, actualmente 26 años y estudios en ciencias informáticas, dijo que se mudaba a España para competir en “deporte electrónico”.
-Al principio estuvimos en contra. .¿Jugar a juegos de ordenador? Pero después nos dimos cuenta que estábamos haciendo lo mismo que nuestros padres, así que dijimos: ¡dejemos que lo haga! Aunque Per se describe a sí mismo como “no supersocial”, le encanta cuando ocurren cosas. Estar ante un público de entre 60.000 y 80.000 personas, como podía ser en las giras mundiales de Roxette en los años 90, le da adrenalina.
-Cuando despegamos y empezó todo a volverse más grande, yo sentí un gran “wow!”, mientras que Marie, creo que sentía más un “socorro!” A mi el éxito me daba adrenalina y solo quería escribir más y más canciones. Pero Marie y yo estábamos de acuerdo en que no queríamos mudarnos a USA. La discográfica intentó convencernos de mudarnos allí o Londres, pero nosotros no quisimos. Queríamos trabajar con la gente que siempre habíamos trabajado aquí en casa.
Justo cuando Roxette planificó una gira por Europa en 2002, a Marie Fredriksson le diagnosticaron un tumor cerebral. Hubo una gran pausa para Roxette, en que Per sacó su cuarto disco en solitario y salió de gira con Gyllene Tider. En 2009 Marie volvió e hicieron una gira mundial. La “gira de regreso” de Roxette duró hasta 2016.
-Todo el viaje que hicimos con Roxette fue fantástico. Lo que vivimos Marie y yo fue único y me siento satisfecho por ello. Nada me ha influido tanto como los tiempos con Roxette. De alguna manera fue lo que me hizo ser lo que soy.
Cuando, hoy en día, está Per en el escenario como un hombre que pasa de los 60 y canta canciones que escribió con 20 años, se da cuenta que las letras hablan de los mismos sentimientos que tiene hoy en día.
-Aunque cuando eres joven usas otro lenguaje. Pero muchas de las canciones antiguas son geniales y no habría podido escribirlas hoy en día. Pero ahora soy mejor compositor y mejor músico. En los 80 estaba nervioso en el escenario. Ahora no lo estoy de la misma forma.
La lucha constante para él cuando sube a un escenario, sobretodo con Gyllene Tider, es que le gustaría tocar nuevas canciones mientras que el público quiere todos los viejos hits.
-Creo que los artistas un poco más mayores sienten lo mismo. Pero está claro que es bonito el hecho de que te das cuenta que las canciones han significado algo para los demás.
Per no siente angustia por hacerse mayor.
-No, creo que las cosas son como son. Siempre me ha gustado conseguir metas, ¡Soy Capricornio! Pero a menudo me he quedado sorprendido y frustrado cuando cuando llegas a la meta y te das cuenta que después de eso solo hay una especial de vacío. No es algo distinto, la vida es igual que siempre. Ya era bastante mayor cuando me di cuenta de ello.
Se cuida para tener una buena salud, aunque el deporte no está especialmente entre sus prioridades.
-Salgo a pasear y desde que tuve problemas con un hombro hago 15 minutos de ejercicios cada día, una especie de pilates.
Sino sigue estando siempre la música.
-Pienso que es lo más divertido que hay. Gyllene Tider nunca ha sido tan bueno como este verano pasado.
De hecho también piensa que sería divertido hacer una gira mundial más. Al mismo tiempo va a empezar a cobrar la pensión a partir del año que viene, cuando cumpla los 65.
-Si, debería hacerlo. ¿Ya toca?, dice Per volviendo a mostrar una de sus sonrisas.
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